Hemos visto una película sobre caníbales mexicanos, otra sobre niños japoneses que matan a las hijas de sus profesoras, otra sobre un neumático asesino y finalmente, El Resplandor de Kubrick.
Mola.
Lo único así raro ha sido la pelea entre dos señores por un sitio que en realidad no correspondía a ninguno de los dos y la venta de entradas numeradas para sitios ya ocupados.
El overbooking llega a Sitges señores!!
Sálvese quien pueda!
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