La proyección estrella e inauguración de este año ha sido la nueva película de Belén Rueda, Los Ojos de Julia. No voy a explicar de que va la peli ni lo guapa que estaba la actriz ni voy a hacer una mega crítica destructiva, voy a explicar lo que pasó durante la gala de inauguración.
A los diez minutos aproximadamente de empezar la película se cortó la proyección y Belén Rueda subió al escenario a decir que eso no formaba parte de la película y que iban a intentar arreglarlo.
Acto seguido un voluntario le preguntó: Mala suerte, ¿no?. A lo que ella respondió: No, mala suerte no. Estoy avergonzada. Resultó ser que durante el pase de la película en Toronto había ocurrido lo mismo. Por suerte, durante los tres minutos siguientes se consiguió solucionar el problema y el resto de la gala continuó sin contratiempos.
Por otro lado, la parte graciosa la protagonizó una señora italiana borracha que estaba apoyada contra la cortina negra del Auditorio haciendose fotos a sí misma con el móvil, que fue la misma que nos preguntó a mi y a Núria donde podía comprar bebida. Le dijimos que no dentro de la sala, que si acaso cuando acabase la película.
Minutos más tarde, dicha señora estaba comiéndose un bocata en el Bocapà y había comprado una entrada para una sesión la cual se estaba perdiendo. Si alguien le encuentra sentido a esto que me lo explique.
También hay que comentar, como anécdota una tanto vergonzosa, que pasamos parte de la tarde montando bolsas de Crepúsculo para las niñas que venían el sábado a la presentación del DVD de Eclipse. No venían el sábado, estaban durmiendo en el festival dos día antes. Todo eso para luego ver a un chico que tiene una o dos frases en la película y conseguir una bolsa de tela, una pulsera, una chapa y una gorra.
En fin.
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